miércoles, 16 de marzo de 2011

El ángel de la guarda de los cuellos vueltos






A poco que uno haya visto un par de películas de la extensa filmografía de Ken Loach, se sentará en la butaca del cine con las defensas activadas, preparado para recibir patadas certeras al centro de la dignidad humana y derechazos medidos a la boca de la conciencia social. Estará dispuesto a presenciar dos horas de amarga realidad recompensadas con apenas unas pinceladas de humor y, eso sí, una espléndida lección de vida. Ésta vez y en contra de lo esperado, pues la escena social actual nos golpea de una forma más cercana si cabe, en Buscando a Eric el británico aumenta las dosis de comedia y lo que es más sorprendente, nos despide con un final esperanzador y optimista (algo, por cierto, más que necesario en los tiempos que corren hoy en día). El director estandarte del cine social, pretende con ésta película, ensalzar el compañerismo y la amistad como solución a los problemas; continúa con la idea de mostrar la realidad de la clase media británica, pero esta vez apoyándose en el humor. Algo que tan buenos resultados diera en el cine inglés de finales de los 90, en cintas como Full Monty, Billy Elliot o La Camioneta.


  En su última película, nos presenta a Eric Bishop, un hombre que trata de salir de la interminable lista de errores acumulados en su vida y que sin saber ya a quién acudir, realiza una última llamada de auxilio. Esa que medio mundo reserva para suplicar a su Dios. En este caso Eric implora a otro ídolo. Al más famoso de los Diablos Rojos (con ese nombre son conocidos los seguidores del Manchester United), a Éric Cantona, la figura más importante del equipo de fútbol de sus amores. A la llamada responde el futbolista en forma de aparición, transformado en un ángel de la guarda de labia proverbial. Algo parecido al Humphrey Bogart que estimula a Woody Allen en la película Sueños de un seductor. De esta relación fantasmal surgirán las partes más cómicas de la cinta, que ayudan a entibiar las situaciones de injusticia reflejadas.

  Los actores, como viene siendo habitual en el cine de Loach, suelen ser desconocidos para la mayor parte del público. Eso sucede con el protagonista Steve Evets, que viene de trabajar en la televisión y que por este papel fue nominado a mejor actor en los Premios Europeos del Cine. Junto a él un fantástico Éric Cantona interpretándose a sí mismo, que está encontrando en el cine una brillante salida profesional. Parte del mérito se debe al gran guión de Paul Laverty (guionista también de la última película de Icíar Bollaín, También la lluvia). Con él parece que Ken Loach ha encontrado la horma de su zapato. Como dijo el director en una entrevista “Un film es fruto del esfuerzo colectivo. Tienes que encontrar a quien tenga una visión del mundo similar a la tuya. Y Paul la tiene, nos reímos con lo mismo, nos cabreamos con lo mismo”. Pues son ya una decena las películas en las que colaboran; en títulos tan importantes del director como El viento que agita la cebada, Mi nombre es Joe o Felices dieciséis.

  Ante nosotros una oportunidad esplendida de introducirnos en el mundo de uno de los directores europeos más importantes del cine realista social, que parece ha dejado momentáneamente a un lado su particular cabreo.


BUSCANDO A ERIC, de Ken Loach (Reino Unido, 2009)



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